Una de las cláusulas más frecuentes en los contratos de alquiler es la prohibición de hacer agujeros. Esto no se debe a un capricho sino a que si cada inquilino agujerea la pared a su antojo, con el paso de los año la pared necesitará una reestructuración. Un pequeño agujero para colgar un cuadro puede repararse fácilmente, no así los agujeros para aguantar mucho peso como televisiones, barras de...